En el fútbol argentino la pasión por nuestros equipos es hermosa.
Disfrutamos las bromas que hacemos y también las que nos hacen nuestros amigos. Una forma de "rivalidad" divertida y sana es una excusa para compartir.
El fútbol no es guerra ni locura de delincuentes.
Es ese abrazo de Roman Riquelme y Pablito Aimar muy jóvenes con sus camisetas y sus ilusiones.
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