miércoles, 7 de julio de 2010

Lectura de información científica

Lectura de información científica:

Tipos de lectura

De acuerdo con los objetivos del lector existen distintos tipos de lectura:

a) la lectura recreativa que se realiza con ánimo de distracción (ej. leer una novela),

b) la lectura informativa que busca un dato de interés para el lector (ej. consultar un diccionario),

c) la lectura de estudio que busca obtener conocimientos (ej. estudiar una materia),

d) la lectura investigativa que implica poseer conocimientos previos del tema que se investigará (ej. búsqueda bibliográfica).


Técnica de lectura

La lectura investigativa debe realizarse con sentido crítico, buscando la comprensión de lo que se lee (y reflexionando sobre los qué, quién, cómo, dónde y cuándo ya explicados), con la concentración y la velocidad adecuadas (estas dos últimas mejoran progresivamente con el entrenamiento en la lectura).

En “El arte de amar”, Erich Fromm dice:

“El que la concentración es una condición indispensable para el dominio de un arte, no necesita demostración... Nuestra cultura lleva a una forma de vida difusa y desconcentrada que casi no registra paralelos. Se hacen muchas cosas a la vez: se lee, se escucha la radio, se fuma, se come, se bebe. Somos consumidores con la boca siempre abierta, ansiosos y dispuestos a tragarlo todo... Si aspiramos a resultados rápidos nunca aprenderemos un arte... Pero, al igual que en tantos otros aspectos, los valores humanos están determinados por los valores económicos. Lo que es bueno para las máquinas debe serlo para el hombre -así dice la lógica-. El hombre moderno piensa que pierde algo -tiempo- cuando no actúa con rapidez; sin embargo no sabe qué hacer con el tiempo que gana, salvo matarlo”.

Nuestra capacidad de concentración y nuestro rendimiento óptimo no son constantes en el tiempo. La figura Nº 4.5 nos muestra similitudes con el deporte: la máxima concentración se obtiene luego de un período de "precalentamiento". Los períodos de máximo rendimiento oscilan entre 30 y 40 minutos, luego de los cuales aparece la fatiga. Los descansos breves (pocos minutos) permiten volver rápidamente a la máxima concentración. Los descansos prolongados requieren de un nuevo "precalentamiento" para igual fin.

Una buena técnica para aumentar nuestro aprendizaje es el repaso. La segunda lectura de un texto requiere de un mínimo esfuerzo en relación con la primera y proporciona significativos beneficios en la retención de información tal como lo demostrase Ebbinghaus (en la curva de Ebbinghaus un repaso rápido DUPLICA la información que se retiene a largo plazo).